La superficie de maíz se situará este año en Francia en 1,33 millones de hectáreas, lo que supondrá una caída del 7,6% respecto a la sembrada el año pasado (que ya disminuyó respecto al anterior) y será la más corta de los últimos 30 años, según el Ministerio de Agricultura de este país. Por el contrario, la de girasol aumentará ligeramente respecto a 2022 (+0,8%) y llegará a las 868.000 hectáreas, la más alta desde finales de los años 90.
La cifra correspondiente al maíz incluye la superficie de maíz grano (1,25 millones de hectáreas; -7,6% respecto a 2022) y la de maíz para semilla (79.000 hectáreas; -7,4%). Además, se estima en Francia una superficie de maíz forrajero de 1,22 millones de hectáreas, un 4,2% por debajo de la sembrada el año pasado. El Ministerio ha explicado que la caída de la superficie de maíz grano muestra la decisión de algunos agricultores de optar por cultivos menos exigentes en agua; además, al riesgo climático se suma el de los precios, que no es favorable al maíz: los abonos y el gas siguen siendo caros mientras que el maíz está a la baja desde hace unos meses. En todo caso, las siembras aún no han concluido, ya que las condiciones meteorológicas de abril han ralentizado los trabajos.
En total, la superficie dedicada en Francia a los cereales disminuirá en 2023 por segundo año consecutivo. Se situará en 8,86 millones de hectáreas, con un descenso del 1,1% respecto a 2022, a pesar del incremento de la destinada a cereales de invierno (6,74 millones de toneladas; +1,5%). En conjunto, la de cereales de primavera caerá el 8,6%, hasta 2,12 millones de hectáreas.
La pérdida global de superficie de cereales se verá compensada con el aumento de la dedicada a proteaginosas (+3,3%, hasta 265.000 hectáreas) y, sobre todo, a oleaginosas (+4,9%; 2,42 millones de hectáreas). Dentro de estas últimas, cae la de soja (-8,3%, hasta 167.000 hectáreas), pero crece la de girasol (+0,8%; 868.000 hectáreas) y, sobre todo, la de colza (+9,4%: 1,34 millones de hectáreas). Ya en 2022 se registró un incremento significativo de la superficie dedicada a las oleaginosas, que ha crecido un 14,7% respecto a la media de los cinco últimos años.