A pesar de las recientes lluvias, el sur de Europa (en especial España y Portugal) sigue afrontando una situación de sequía extrema que afecta a buena parte del territorio y ha provocado pérdidas en las cosechas. También el norte de la UE padece ya una situación de sequía. Como consecuencia de ello, las previsiones de cosecha de cereales se han revisado a la baja.
Muchas regiones del Mediterráneo occidental han registrado un déficit de lluvias desde hace más de un año, combinado con un final del invierno y un comienzo de la primavera excepcionalmente secos y calurosos, que han derivado en una grave sequía en la zona. Además, se espera que las temperaturas suban aún más en verano, según un informe del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea publicado el 13 de junio sobre la base de los datos del observatorio europeo de las sequías de Copernicus. La mayor parte del Mediterráneo occidental se encuentra en situación de vigilancia y de alerta (los dos niveles más severos), de acuerdo con el indicador combinado de la sequía, que recoge datos sobre precipitaciones, humedad del suelo y anomalías de estrés en la vegetación para cartografiar los riesgos de sequía.
Entre mayo de 2022 y abril de 2023, las temperaturas en el norte de Marruecos, en Argelia, el sur de España, el sur de Francia y el norte de Italia fueron 2,5ºC superiores a la media, en algunos casos fueron 4º más elevadas. Las condiciones a finales de la primavera de 2023 eran peores que las de 2022, cuando una sequía de grave a extrema recorrió Europa y afectó a los recursos hídricos, la agricultura y la producción de energía. La falta de agua perjudicó considerablemente a la vegetación y a los cultivos en medio de su período de crecimiento, lo que dio lugar a siembras retrasadas y previsiones de rendimientos bajos. Un estrés severo de la vegetación (por ejemplo, cosechas perdidas, frutos más pequeños) se ha registrado en la Península Ibérica (salvo en el norte de Portugal), en África del Norte y en el centro-sur de Francia.
El norte también afectado
Las últimas estimaciones de cosecha de cereales en la UE publicadas por los comerciantes europeos (COCERAL) confirman esta situación. La sequía, que afecta también a la mitad norte de la UE, les ha llevado a revisar a la baja sus previsiones para Suecia, Dinamarca y los países bálticos, al igual que las que manejaban para Alemania y España, donde las lluvias han llegado demasiado tarde para el trigo y la cebada.