La comparecencia conjunta de Teresa Ribera y Luis Planas el jueves de la semana pasada en el Senado para explicar las medidas relacionadas con el lobo dejó bien claro que la que «parte el bacalao» es la primera, vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, por lo menos en este asunto.
También se puso de manifiesto que el ministro de Agricultura no ha defendido a los ganaderos de extensivo que sufren en sus explotaciones los ataques de este animal; se ha limitado a dejarse llevar y no enfrentarse al «mando». Y estamos ante un precedente muy grave de cara a lo que se nos viene encima, porque la nueva PAC tiene un fuerte componente verde y medioambiental en el que Teresa Ribera y el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, van a querer «meter mano». Llegados a ese punto y a esa situación, que se va a producir, ¿darán la batalla Planas y su equipo o se dejarán llevar cómo ha sucedido en el caso del lobo? No vamos a tardar mucho en comprobarlo, porque durante esta primavera y principios del verano, deberá quedar muy definido el Plan Estratégico nacional mediante el que se concretará en España la aplicación de la nueva PAC, que entrará en vigor a partir de 2023. Los antecedentes no son buenos para el campo ya que «lo verde» ha quedado por encima de «lo agrario» y Ribera ha demostrado que manda e influye bastante más que el pasivo y desaparecido Planas.
Ha quedado patente que la ministra es la que «parte el bacalao» frente al desaparecido Planas.