El dinero de la PAC para el periodo 2021-27 está en peligro. No es una novedad, pero a medida que pasa el tiempo, se acercan las fechas y se acortan los plazos, el peligro se hace cada vez más evidente. Días atrás hemos conocido un documento preparado por la Comisión Europea con el objetivo de contribuir al primer debate que mantendrán los jefes de Estado y de Gobierno de la UE el próximo viernes 23 de febrero. En él se plantean, desde el punto de vista de la PAC, tres escenarios: el mantenimiento de la situación actual; reducir el dinero destinado a esta política un 30 por ciento, lo que supondría un recorte de 120.000 millones de euros para ese periodo y una caída de la renta agraria de más del 10 por ciento en algunos Estados miembros; por último, que el tijeretazo sea solo 15 por ciento, es decir, 60.000 millones.
La segunda cita importante en este proceso de negociación tendrá lugar en mayo, cuando la Comisión Europea presente ya sus propuestas y conozcamos las cifras concretas que quiere destinar a financiar la PAC, la principal partida del gasto comunitario junto a la política de cohesión. Se trata de las dos vías de retorno más importantes que tiene España para el dinero que aporta a las arcas comunitarias. Actualmente nuestro país es beneficiario neto, es decir, recibe más dinero del que pone. Pero para el próximo Marco Financiero podría convertirse en lo que se llama contribuyente neto, por lo que España, no solo su sector agrario, se juega mucho en este envite.
El proceso negociador va a estar muy influenciado por lo que diga y haga Alemania. Y en este país las cosas se han complicado en los últimos días, durante la negociación del pacto de gobierno entre los demócrata-cristianos de Merkel y los socialdemócratas. Al final, el muñidor por parte de estos últimos, Martin Schulz, que fue presidente del Parlamento Europeo, ha terminado «laminado». Si hace un mes desde Alemania se hablaba de la posibilidad de poner más dinero para las arcas comunitarias, abriendo así la posibilidad de que otros Estados miembros hiciesen lo mismo, ahora las cosas ya no están tan claras. Y, si no se aporta más dinero para las arcas comunitarias, pero se quieren hacer más cosas (política de refugiados o de defensa, apoyo a los jóvenes,…) con el mismo dinero de ahora, no habrá más remedio que apretarse el cinturón. Y se llevarán la peor parte las dos principales partidas del gasto presupuestario, que son la PAC y la política de cohesión. Dicho de otra manera, habría el mismo pastel para más comensales, por lo que estos tocarían a menos. No es una decisión para mañana, pero sí que se tomará a corto y medio plazo, por lo que hay que estar muy atentos. Está en juego el dinero de las ayudas que llega al bolsillo de los agricultores y ganaderos españoles.