En un contexto de aumento de las importaciones de tomates marroquíes en Francia, que coinciden normalmente con el período de producción del país y provocan las protestas de los agricultores galos, el Ministerio de Agricultura francés publicó la semana pasada un informe en el que plantea una modificación del mecanismo de precio de entrada de la UE que regula las importaciones de tomate marroquí, con el fin de integrar las nuevas variedades, en particular los tomates cherri o cereza.
Los autores del informe explican que “el mecanismo de precio de entrada no ha evolucionado de forma paralela al valor de las importaciones y no tiene en cuenta las variedades de tomate de mayor valor que han conquistado los mercados. Tampoco permite responder ya totalmente a los objetivos establecidos cuando se negoció el acuerdo” entre la Unión Europea y Marruecos.
El informe recuerda que las preferencias arancelarias a favor de los tomates marroquíes frescos que ofrece el acuerdo UE/Marruecos de 2012 llevaron a los productores marroquíes a reorientar su producción (y sus exportaciones) hacia variedades con mayor valor añadido de pequeño calibre, como los tomates cereza: “esta evolución se vio incentivada por las autoridades, ya que respondía a la demanda de los mercados, incluido el francés”.
Diferenciar según el tipo de tomate
Sin embargo, ni siquiera en este mercado específico están suficientemente protegidos y las últimas modificaciones en la normativa no han resuelto el problema: la entrada en vigor de un nuevo código aduanero en enero de 2025 para los tomates frescos de calibre inferior a 47 mm “no ha ido acompañado de un nuevo valor de importación y a un nuevo precio de entrada”.
En consecuencia, subraya el informe, la medida “no resolverá el problema de las importaciones de tomate marroquí que entran en un 100% sin pagar derechos específicos, ya que su valor supera el precio de entrada”.
Si no hay cambios, el informe considera que será difícil evitar “que el fenómeno se acentúe, dados los importantes planes de desarrollo del sector hortícola marroquí”. Sugiere aprovechar este nuevo código aduanero para “provocar una discusión sobre el tema con los Estados miembros del grupo de frutas y hortalizas, en particular con España, que está en la misma línea, y la Comisión Europea”.
La única solución a corto plazo es abrir un “diálogo constructivo entre sectores profesionales franceses y marroquíes” en torno a los picos de producción franceses.