Los expertos que han participado en el Foro Gastronomía y Salud -que se ha celebrado el 15 y 16 de noviembre en Zaragoza- han coincidido en que los transgénicos no causan problemas al medio ambiente ni a la salud.
Así se ha puesto de manifiesto en las distintas ponencias que se han sucedido durante la celebración del Foro, en las que se han abordado las intolerancias gastronómicas, los transgénicos o las relaciones del microbioma con la salud o las enfermedades autoinmunes.
En el caso de las personas con un microbioma alterado, la salud sí se podría ver perjudicada. Según la investigadora del servicio de microbiología adscrito al Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Rosa del Campo, el microbioma es el conjunto de bacterias, parásitos y virus que conviven en nuestro cuerpo, encargado de proporcionar vitaminas, defendernos de los patógenos y de ayudar a digerir los alimentos.
Cada persona tiene su microbioma y sus particularidades y sabe lo que le sienta bien y mal y lo que es saludable pero «no come bien», ya sea por horarios, trabajo e incluso por cuestiones sociales y modas.
Por su parte, el profesor de biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia, José Miguel Mulet, ha asegurado que tras 20 años en el campo de los trangénicos, «de momento no ha dado problemas de seguridad ni para la salud ni para el medioambiente».
«Me encanta comer transgénicos», ha confesado Mulet, además ha insistido en que la seguridad de los alimentos transgénicos y convencionales son «igual» o incluso «un poco mejor» en los primeros porque «han pasado pruebas más duras».
Ante las campañas antitransgénicos de organizaciones que llevan «veinte años pronosticando la apocalipsis y no ha pasado nada», Mulet ha puesto en evidencia la contradicción que existe con el uso de la insulina y la hormona del crecimiento, que también «son transgénicos y nadie se queja».