El Congreso ha recomendado «redimensionar» los trasvases de agua que están en servicio actualmente ante la expectativa de que en el futuro el cambio climático reduzca de forma considerable los caudales y la disponibilidad de agua.
La Comisión de Transición Ecológica de la Cámara baja aprobó el miércoles -24 de octubre- el dictamen de la subcomisión que durante meses ha trabajado en la elaboración de propuestas de política de aguas en coherencia con los retos del cambio climático. Este dictamen recibió el respaldo del PSOE, Unidos Podemos, PNV, ERC y Grupo Mixto.
El dictamen constata que todas las simulaciones y previsiones apuntan a notables incrementos de la temperatura media y a una disminución de las precipitaciones, por lo que es necesario «asumir escenarios con menos recursos disponibles».
El informe recuerda que algunos organismos han señalado que la reducción de caudales medios desde 2010 hasta finales del siglo podría ser del 24 por ciento, y llegar incluso a reducciones entre el 30 y el 40 por ciento en las zonas más sensibles.
Numerosos expertos han argumentado que los trasvases no son eficaces frente a las sequías
Además, el texto constata que los estudios prevén un fuerte aumento de la variabilidad climática, ya que aumentarán los riesgos de sequía, que serán «más frecuentes, largas e intensas», pero también de inundaciones, con crecidas más frecuentes y caudales máximos más fuertes.
El dictamen recuerda que numerosos expertos han argumentado que los trasvases no son eficaces frente a las sequías, ya que éstas afectan tanto a las cuencas receptoras como a las que «ceden» el agua, y que construir más presas, cuando todos los escenarios auguran que habrá menos agua, conducirá a inversiones ineficaces ya que esos embalses podrían estar vacíos.
Recomendaciones del dictamen
Entre las recomendaciones del dictamen aprobado en el Congreso, destaca la de hacer una auditoría sobre el estado y las capacidades de «regulación, transporte y distribución» de las infraestructuras hidráulicas que existen en España.
Plantea además que se condicione cualquier proyecto hidráulico al compromiso previo de pago de los beneficiarios de esa obra o que se pongan en valor productivo los suelos más fértiles y las vegas, defendiéndolos «del abandono y de la depredación urbanística».
Los Planes de Cuenca deberán «frenar» las expectativas de nuevos usos y demandas, pero también «redimensionar» las concesiones «para evitar las expectativas que genera la sobre-asignación de recursos». El dictamen asimismo afirma que no existen cuencas «excedentarias» o cuencas «deficitarias».