Seísmo logístico en Ucrania, trastornos en los flujos mundiales de trigo, sustitución entre cereales, cambios en las prácticas financieras… Más de año y medio después, la invasión de Ucrania por el ejército ruso sigue sacudiendo el mercado mundial del trigo.
Agra Presse repasa los meses que han visto subir el precio de la tonelada de trigo blando de 276 a 437 euros, antes de volver a caer por debajo de los 230 euros. A pesar de las sanciones y de las reticencias de los agentes económicos en los primeros días de la guerra, Rusia ha sabido salir adelante, ofreciendo precios bajos y facilidades de pago, en particular a Egipto, primer importador mundial de trigo blando.
Los productores de cereales se muestran desalentados. Más de un año y medio después de la guerra en Ucrania, los precios del trigo blando vuelven a su punto de partida. La tonelada de este cereal ronda los 227 euros. Lejos queda ya la primavera de 2022, cuando la tonelada de trigo blando alcanzaba los 437 euros. ¿Volvemos al principio? No del todo: detrás de los precios hay mucho movimiento. En pocos meses, la guerra de Ucrania ha puesto patas arriba el mercado mundial del trigo.
Rusia ha sabido salir adelante, ofreciendo precios bajos y facilidades de pago, en particular a Egipto, primer importador mundial de trigo blando
En febrero de 2022, la invasión rusa suscitó inmediatamente inquietud. Frente a «un auténtico terremoto en los flujos logísticos ucranianos», había muchas incertidumbres en el mercado mundial, afirma Arthur Portier, consultor de Agritel. La primera era «la indisponibilidad inmediata de los volúmenes de trigo ucraniano, dado que toda una zona agrícola del país estaba afectada por el conflicto», recuerda Marine Raffray, agroeconomista de Cámaras Agrarias de Francia.
Poco a poco, Ucrania se organizó para sacar sus cereales «por las carreteras, los ferrocarriles y las orillas» del Danubio, recuerda Antoine Buisson, director general de Soufflet négoce en Ucrania. A principios de agosto de 2022 se creó un corredor de exportación seguro en el mar Negro que permitió a Ucrania exportar 33 millones de toneladas de cereales desde sus puertos, de las cuales el 27% eran de trigo, según el Consejo de la UE y el Consejo Europeo. Hasta que Rusia anunció el 17 de julio de este año su decisión de poner fin a la Iniciativa de los Cereales del mar Negro
El mar Negro se ha cerrado por segunda vez, pero los precios no vuelven a subir. «Esto se debe a que los ucranianos han desarrollado estas rutas alternativas, lo que está cambiando la situación de los mercados», analiza Arthur Portier. Ahora, incluso sin el corredor del mar Negro, «los ucranianos consiguen exportar unos 3 millones de toneladas de cereales al mes, por camión, tren o a través del Danubio». Sin embargo, esto se debe también a la fuerte competencia entre exportadores, señala la FAO (Naciones Unidas). Ha llegado una nueva cosecha de cereales casi récord, impulsada por las promesas de precios altos. Razón de más para suavizar la subida de los precios del trigo blando.
Fenómenos de sustitución entre cereales
La oferta se adapta, pero también la demanda. Los países importadores de trigo han adoptado dos estrategias para hacer frente a las dificultades de transporte de los volúmenes, pero también a los precios prohibitivos del trigo, informa la Organización Mundial del Comercio (OMC) en una nota publicada en febrero de 2023. La primera consiste en comprar menos trigo. “En particular, se observan fenómenos de sustitución entre productos cerealistas, teniendo en cuenta que la subida del precio del arroz ha tardado más», comenta Marine Raffray, agroeconomista de Cámaras Agrarias de Francia.
«Entre marzo y octubre de 2022, los volúmenes de comercio de trigo y maíz cayeron un 18,7% y un 2,4%, respectivamente, en comparación con la media de 2019. Sin embargo, esta caída corresponde aproximadamente al aumento del comercio de arroz, que es un sustituto adecuado», señala la OMC. Añade que esto «podría indicar que algunos países han sustituido sus importaciones de trigo y maíz por productos similares para compensar las perturbaciones del suministro».
Por ejemplo, Turquía obtuvo el 75% de sus suministros de trigo de Rusia y Ucrania en 2019. Entre marzo y diciembre de 2022, el volumen estimado de importaciones de trigo cayó en torno a un 4,5%. En el mismo periodo, las importaciones de arroz del país se dispararon un 53%, «lo que ilustra la sustitución entre productos alimentarios ante un cambio en la oferta», según la OMC.
Diversificación del origen del trigo
El segundo enfoque ha consistido en diversificar las fuentes de suministro. Por ejemplo, el 45% de las importaciones de Etiopía dependían de Ucrania y Rusia. Ante la pérdida de sus suministros, el país reaccionó aumentando sus compras a Estados Unidos, cuyos envíos aumentaron un 20%, y a Argentina, que suministró el 21% del trigo importado por Etiopía, frente a cero el año anterior.
Egipto, uno de los mayores importadores de trigo del mundo, vio cómo sus importaciones de Ucrania se desplomaban un 81% como consecuencia de la guerra, informa la OMC. Con el fin de compensar el descenso, el país recurrió a Estados Unidos, cuyas exportaciones a este país africano se multiplicaron por nueve, a la Unión Europea, cuyas exportaciones aumentaron un 128%, y también a Rusia. De los 1,4 millones de toneladas de trigo compradas en agosto por la autoridad gubernamental egipcia encargada de la compra de cereales (Gasc), el 71% procedía de Rusia, informa FranceAgriMer.