El pacto alcanzado en Madrid, durante un almuerzo que ha tenido lugar a primera de hora de la tarde de este jueves 31 de mayo, sobre una declaración de seis Estados miembros de la Unión Europea (UE) contra el recorte del presupuesto de la PAC podría haber sido el último acto oficial de importancia de Isabel García Tejerina como ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, si finalmente sale adelante la moción de censura contra Mariano Rajoy y su Gobierno. Tras el anuncio del PNV de que apoyaría esta moción, parece que su triunfo es inevitable, salvo dimisión por sorpresa del actual presidente del Gobierno, antes de que tenga lugar la votación el viernes 1 de junio.
Seis Estados miembros contra el recorte de los fondos de la PAC
España, Francia, Portugal, Irlanda, Grecia y Finlandia han solicitado a la Comisión Europea «que se aumente el presupuesto de la PAC a su nivel actual UE-27 con el fin de poder responder con éxito a los desafíos económicos, medioambientales y sanitarios y en el marco» de los dos pilares de esta política (pagos directos y desarrollo rural).
En una declaración adoptada el 31 de mayo en Madrid, que está abierta a que se sumen otros Estados miembros, los responsables de los Ministerios de Agricultura de esos seis países lamentan el recorte del presupuesto de la PAC que Bruselas ha propuesto en su proyecto de marco financiero plurianual para el período 2021-27 y subrayan que «esta disminución supondría un riesgo sin precedentes para la viabilidad de las explotaciones agrarias europeas, para los ingresos de los agricultores y para su capacidad de hacer frente a las demandas de la población de una alimentación saludable, sostenible, asequible y de calidad». Insisten en que esta política «permite mantener una actividad agrícola en todos los territorios» y que ello «contribuye a la vitalidad de las zonas rurales y a la integración europea».
Orientación al mercado pero limitando la volatilidad
La declaración recuerda que gracias a la PAC la Unión Europea ofrece un suministro seguro de alimentos que responden a los máximos estándares sanitarios y medioambientales, a costes razonables y que permite que los productos europeos sean competitivos en el comercio internacional. Esa apertura a los mercados internacionales supone que los productos comunitarios quedan expuestos a la volatilidad de los precios mundiales. Aunque estos países reconocen que la agricultura comunitaria debe seguir orientándose a los mercados, subrayan que el apoyo de la PAC «contribuye a limitar los efectos de la volatilidad y a reducir la incidencia de factores externos en los mercados agrícolas vulnerables».
La PAC, primera red de seguridad
Por otro lado, estos países «constatan que los mecanismos puestos en marcha por la PAC tienen un efecto directo sobre los ingresos de los agricultores, que siguen siendo inferiores a los de otros sectores» y, en este contexto, recuerdan que la PAC «constituye la primera red de seguridad para los agricultores.
Por último, subrayan que los nuevos desafíos que debe afrontar la agricultura europea en materia de salud, medio ambiente y cambio climático requieren «una reforma ambiciosa de los instrumentos de la PAC» y, a este respecto, «el papel de la UE es esencial para apoyar esta necesaria transformación de las explotaciones agrarias, para que puedan hacer frente a estos retos, desarrollar su resiliencia, aumentar su competitividad y garantizar el relevo generacional».
Los participantes en la reunión han sido los ministros de Agricultura de España, Francia, Portugal e Irlanda, el secretario de Estado de Finlandia y el secretario de Agricultura de Grecia.
Francia, en nombre de los países citados anteriormente, enviará el documento al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y a los comisarios de Agricultura, Phil Hogan, y Presupuestos, Günther Oettinger.