Los agricultores y ganaderos españoles andan preocupados y centrados, con toda la razón del mundo, en lo urgente y en lo más próximo: el tiempo con la ola de calor que está rematando la cosecha de cereales; los precios que perciben por sus productos; la importante subida de los costes de producción, con el gasóleo, la electricidad, los abonos y los piensos por las nubes, y también por la evolución de las ayudas, tanto las que se perciben en el marco de la PAC, como las aprobadas por el Gobierno, que van a tener unos importes más bajos a los que se anunciaron en un primer momento, con un claro enfoque propagandístico.
Algunos pueden pensar que ¡bastante tenemos con todos esos problemas tan cercanos y urgentes, como para preocuparnos por otros asuntos más lejanos y a más largo plazo! Sin embargo, el que piense así se estará equivocando. Prestar atención a lo cercano y urgente no debe impedir que perdamos la perspectiva de lo que sucede más allá de nuestras fronteras, porque en este mundo tan globalizado todo está muy interrelacionado.
Prestar atención a lo cercano y urgente no debe impedir que perdamos la perspectiva de lo que sucede más allá de nuestras fronteras
Pongo algunos ejemplos evidentes: la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado subidas espectaculares en los precios de los cereales y otros productos básicos en la alimentación animal, con repercusiones importantes para los agricultores y ganaderos españoles; también ha desatado una grave crisis alimentaria a nivel mundial que puede ir a más y que se va a analizar con lupa en la Conferencia Ministerial de la Organización de Comercio (OMC) que se celebra la semana que viene.
Otro ejemplo de carácter comercial: la decisión de Pedro Sánchez de cambiar la política española sobre el Sáhara supuso la suspensión de las exportaciones de vacunos vivos a Argelia y ha causado una crisis en las relaciones comerciales con este país; vemos como un hecho ajeno al campo tiene importantes repercusiones sobre una parte de nuestro sector agrario, en este caso los ganaderos de vacuno de carne.
Un último ejemplo, también relacionado con el comercio: el comisario europeo que se encarga de estas cuestiones ha anunciado, tras la reunión de los ministros de Comercio de la UE, que dará un acelerón a las negociaciones con Australia y Nueva Zelanda, que deberían cerrarse este año, para conseguir sendos acuerdos de libre comercio con estos países. Con ello se abrirán nuevas oportunidades para los exportadores españoles de productos agroalimentarios, pero también puede haber perjuicios porque estas dos naciones son dos potencias agrarias en sectores como el vino, el ovino o los productos lácteos. Habrá que estar atentos al desarrollo de las negociaciones. En resumen, lo cercano y urgente es vital, sí, pero no hay que perder de vista aquello que sucede más lejos de nuestras fronteras porque nos termina afectando más de lo que pensamos. Y es que como dice la canción, la tierra no tiene fronteras.
