En su informe del mes de diciembre el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) revisó al alza en 3,8 millones de toneladas su previsión anterior sobre producción mundial de cereales 2023/24, que sitúa ahora en 2.285 millones de toneladas.
En concreto, en el caso de los cereales secundarios el USDA ha revisado al alza la producción mundial en 2,6 millones de toneladas, con lo que se espera una cosecha de 1.501,9 millones de toneladas (frente a los 1.447,4 millones de toneladas de la campaña 2022/2023). Rusia es en parte responsable de este aumento, ya que se estima una producción de 43,2 millones de toneladas, 1 millón de toneladas más que en el informe del mes pasado. También sube en Ucrania 1 millón de toneladas (37,4 millones de toneladas). En la Unión Europea se prevé una producción de cereales secundarios de 136,5 millones de toneladas, 430.000 toneladas más respecto al informe de noviembre.
Asimismo, hay que destacar que dentro de los cereales secundarios el USDA ha revisado al alza la cosecha mundial de cebada en 143,5 millones de toneladas, es decir, 1,3 millones de toneladas más. La de avena se mantiene prácticamente sin cambios en 20,5 millones de toneladas y la de sorgo tampoco varió, situándose en 59,9 millones de toneladas. En cuanto al maíz, el USDA ha revisado al alza en 1,2 millones de toneladas su previsión anterior, con lo que ahora apunta a 1.222 millones de toneladas.
Por el contrario, en lo que respecta al trigo, el USDA espera que se alcancen los 783 millones de toneladas (1 millón de toneladas más que lo previsto en noviembre), frente a los 789,6 millones de toneladas de la campaña 2022/2023. En Brasil, el USDA prevé una producción de trigo de 8,4 millones de toneladas, es decir, 1 millón de toneladas menos que en el mes de octubre.
Consumos y stocks finales
En lo que respecta a los consumos, el USDA prevé un aumento del uso de cereales secundarios de 2,8 millones de toneladas de toneladas respecto a la previsión de noviembre, con lo que se situaría en 1.489,9 millones de toneladas. El uso del trigo aumenta 1,8 millones de toneladas y se sitúa en 794,6 millones de toneladas.
Por último, los stocks finales de trigo se bajan en 490.000 toneladas y los de cereales secundarios aumentan 430.000 toneladas.