La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana ha iniciado la campaña anual para proteger del «cucat» los arrozales de la Comunitat Valenciana a través de un método respetuoso con el entorno y la propia planta.
En concreto, desde finales de mayo y durante más de tres semanas se están instalando, en colaboración con la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de la Comunitat Valenciana, un total de 475.000 difusores con los que combatir, mediante un método biológico de confusión sexual, esta plaga en el entorno de las explotaciones dedicadas a la producción de arroz.
Este tratamiento se aplica en una extensión superior a las 15.500 hectáreas en las proximidades del Parque Natural de la Albufera y en los marjales de Pego-Oliva y de La Llosa y Xilxes, con el objetivo de evitar que el Chilo suppressalis Walker, también conocido con el nombre de barrenador o «cucat» del arroz en la Comunitat Valenciana, ataque la caña del arroz, y llegue a producir la muerte de la planta afectada y en consecuencia una merma importante de la producción.
Se trata de un método que ofrece grandes ventajas, debido a que actúa específicamente sobre esta plaga y no afecta en ningún momento ni al resto de insectos beneficiosos ni a animales superiores, además de no dejar ningún tipo de residuo, según ha informado la Conselleria.
El objetivo de estos tratamientos es conseguir rebajar el nivel de la población de este insecto
Esta técnica de lucha contra el «cucat» permite a través de la colocación de unas varillas de madera con difusores de feromona sintética de la hembra del insecto, saturar la atmósfera que rodea el cultivo. De este modo, los machos de esta especie no pueden detectar las pequeñas cantidades de feromonas naturales emitidas por las hembras existentes, con lo que se dificulta el apareamiento y se produce la confusión sexual.
En definitiva, el objetivo de estos tratamientos es conseguir rebajar el nivel de la población de este insecto, de manera que afecte, en la menor medida posible, a este cultivo de gran importancia en la Comunitat Valenciana.
Esta metodología cuenta con la aceptación por parte de los agricultores y además resulta de alto interés ecológico para el espacio en el que se encuentran ubicados los arrozales.
Además, los difusores utilizados son biodegradables de base celulósica que minimizan el residuo final en el suelo. Estos difusores se han ensayado durante varios años y han demostrado una eficacia idéntica a los anteriores difusores de PVC, con la ventaja de ser biodegradables.