Los meses de verano (junio, julio y agosto) serán más cálidos de lo normal en el país, según los modelos de predicción estacional de la Agencia Estatal de Meterología (AEMET). En concreto, recoge que hay entre un 50 y un 60% de probabilidades en la Penísula y un 70% en los archipiélagos.
En cuanto a las precipitaciones, salvo para el Cantábrico y Canarias, donde no hay una tendencia clara, existe una probabilidad de entre el 40 y 50% de que las precipitaciones queden por encima de lo normal este verano, frente a un 20-25% de que queden por debajo.
Balance de la primavera
Por otro lado, la Agencia Estatal de Meteorología ha hecho público su balance de la primavera de 2023, que se trató de la más cálida de la serie histórica, cuyo arranque data de 1961. Fue una primavera extremadamente cálida, con una temperatura en la España peninsular de 14,2ºC, que supera en 1,8ºC el promedio del período de referencia 1991-2020 y en 0,3ºC a la más cálida hasta ahora, que fue la del año 1997.
Los meses de marzo y abril fueron muy cálidos: marzo fue el tercero más cálido de la serie, mientras que abril fue el más cálido, con una temperatura media superior en 3ºC al promedio normal y con un importante episodio de altas temperaturas a finales de mes: entre los días 25 y 29, todas las jornadas fueron las más cálidas para esas fechas desde, al menos, 1950. Mayo, en cambio, se trató de un mes normal en conjunto, aunque con marcadas diferencias entre los diez primeros días, que conformaron un período cálido, y el resto del mes, con temperaturas en general por debajo de lo normal.
Se trató de la segunda primavera más seca de la serie histórica
En cuanto a las precipitaciones, la primavera fue muy seca. Se trató de la segunda más seca de la serie histórica con una precipitación acumulada en la España peninsular de 95 litro por metro cuadrado, cifra que corresponde únicamente al 53% del valor normal del período de referencia 1991-2020.
Dado el carácter muy seco de la primavera, al concluir la estación España continuaba en la situación de sequía meteorológica que comenzó en el invierno 2021-2022. También persistía la sequía de larga duración (correspondiente al análisis de las precipitaciones de los treinta y seis meses previos) que comenzó a finales del pasado año.