El agua vuelve a estar de plena actualidad. Por un lado, la reserva hidráulica ha subido como consecuencia de las últimas lluvias y se situaba a principios de la semana pasada en el 47,4 por ciento de su capacidad rotal; la Cuenca del Guadalquivir es la que presenta una situación más preocupante, ya que se encuentra al 30,5 por ciento, mientras que la del Guadiana registra el 31,6 por ciento. En cualquier caso, son cifras muy inferiores a las del año pasado por estas mismas fechas y a la media del último decenio. La situación, aunque ha mejorado, sigue siendo muy preocupante, ya que tampoco hay abundantes reservas de nieve en las principales cadenas montañosas. En este contexto, se están discutiendo los planes hidrológicos de las diferentes cuencas, con resultados más que preocupantes para las tesis del Gobierno. Así, de entrada, en la del Duero, una de las más importantes, se ha rechazado el texto final con 42 votos en contra y 34 a favor; se considera que no es acorde con los objetivos y necesidades planteados y que no otorga la importancia que corresponde a la lucha contra la despoblación, ya que la agricultura de regadío tiene un papel fundamental para evitar la despoblación porque contribuye a crear riqueza.
El Consejo del Agua del Segura aprobó el plan para el periodo 2022-27, aunque en este caso hay una dependencia muy estrecha con lo que se establezca para la Cuenca del Tajo, en la que se fijará todo lo relativo al trasvase. En cualquier caso, y al margen de lo que suceda en cada una de las cuencas, hay una filosofía común a todas las propuestas presentadas a mediados del año pasado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que se puede resumir en una sola frase: no habrá más agua para regar. Dicho de otra manera, es necesario modernizar los regadíos existentes, ahorrar agua y, solo en ese caso, se podría acometer la transformación de terrenos de secano en regadío. Esa es la filosofía general que lo impregna todo. Una idea que se conoce desde julio de 2021 y que ha pasado mucho más desapercibida de lo que debiera.
Artículo de opinión de César Lumbreras publicado en `La Razón´ el 11 de abril
