El Gobierno de Sánchez no para de bailar la “yenka del diesel”. Izquierda, izquierda. Comenzó a mediados de julio la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, diciendo que “el diésel tiene los días contados, durará más, durará menos, pero sabemos que su impacto en partículas y en el aire que respiramos es suficientemente importante para ir pensando en un proceso de salida”.
Inmediatamente surgió la pregunta: si el Gobierno liquida el diésel, ¿con qué combustible se va a mover la maquinaria agrícola? Eso nos ha tenido entretenidos y preocupados una parte del verano, mientras las ventas de coches de gasóleo se han desplomado.
Esta semana el asunto ha resurgido con fuerza. Adelante, adelante…El lunes 3, el propio presidente Pedro Sánchez anunció que los Presupuestos Generales del Estado para 2019 incluirán un impuesto al diésel por ser altamente contaminante. Precisó que el impuesto no afectará a los profesionales del transporte. Sin embargo, no dijo nada de los profesionales de la agricultura, quizás porque no sabe que existen.
Ese mismo día, una hora después de las declaraciones del presidente, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, dijo que “se habla mucho del impuesto del diésel, pero el Gobierno ni siquiera lo ha anunciado”. Según ella se trataba de un “globo sonda”. Detrás, detrás… Pocas horas después dijo en tuiter que apoya plenamente el anuncio de su jefe, el presidente del Gobierno.
Y terció la que falta, Nadia “recortes” Calviño, que ha hecho esta semana su reaparición estelar tras mucho tiempo desaparecida. Derecha, derecha… El jueves 6 confirmó que habrá una equiparación entre el impuesto al diésel y el impuesto a la gasolina. Y añadió que la duda es si la subida impositiva se incluirá en la Ley de Presupuestos Generales del Estado o bien en una futura Ley de Transición Ecológica que prepara la ministra Ribera para descarbonizar la economía y el transporte.
Para rematar la faena, reapareció esta última y volvió a hablar del asunto y dijo que “el diésel tiene un recorrido limitado en el medio plazo y hay que buscar una movilidad sin emisiones, a pesar de la extraordinaria trayectoria de los motores de gasóleo”.
Pero, vamos a ver, y por la parte que toca al campo, la cosa es muy sencilla: ¿se va a subir el impuesto del gasóleo-diésel, y, en caso afirmativo, va a afectar a los agricultores y ganaderos que consumen este producto? A ver si el Gobierno se aclara de una vez y deja de bailar la yenka, salvo que de lo que se trate sea de seguir creando confusión.